EL ALMA DE LAS COSAS

UNA ALMOHADA RELLENA DE CUENTOS

Hay objetos tocados por la barita mágica de la trascendencia. No hablo del escritorio de la abuela ni de un cuadro hermoso, sino de algo más sencillo, una nota en un libro, una fotografía olvidada, o el penúltimo dibujo infantil bajo un imán de nevera. Si cada uno de nosotros atesorara en un baúl las cosas más preciadas, estoy convencida de que habría muchas palabras, postales o canciones, verdaderos restos del naufragio de nuestro día a día.

Tenéis delante a Rosa, una mujer hermosa, afable, creativa, una persona exquisita cuyo camino no siempre ha sido sencillo, y precisamente es en esas cuestas empinadas, donde ella con una naturalidad pasmosa, consigue destilar una elegancia sin fisuras.

El pillow que la acompaña, está confeccionado con alma de talismán, un pequeño caballo de Troya creado para acompañar siestas de verano en el viejo columpio de jardín. Diseñado específicamente para atesorar las risas de los nietos esa luz nutritiva que consigue diluir las nubes más densas. Pero sobre todo, concebido para que asista como mudo espectador a la magia de unas manos entrelazadas con esa mezcla perfecta entre firmeza y laxitud, en ese instante último de la tarde cuando está a punto de vencer la oscuridad.

No lo dudéis, los objetos tienen alma y yo quiero en mi baúl de tesoros el relleno de ese almohadón que ella sostiene con facilidad, aunque quizá para eso hay que tener el alma prístina de Rosa.

Todo nuestro cariño.

Amparo Lledó

 


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